Contexto
Todo asentamiento humano requiere de infraestructura para la distribución domiciliaria del agua potable o cruda. Para zona rural, dispersa, esta inversión es usualmente asumida por el Estado
(Gobierno central). Igual para el saneamiento (manejo de las aguas residuales), que es un tema más complejo y costoso.
Con excepción de los “centros poblados” (zona central y comercial de
los municipios), el saneamiento en zonas rurales suele hacerse en forma descentralizada. En las laderas de Cali, zona de amortiguación ambiental entre la ciudad y el Parque Nacional de Los
Farallones, protegidas (sobre papel) por un Plan de Ordenamiento Territorial (POT) muy estricto, no deberían existir “centros poblados”, con pocas excepciones anteriores al año 2000.
El “saneamiento” tradicional en La Buitrera
En los años 50, cada predio manejaba sus aguas residuales caseras por infiltración en el suelo. La topografía y el tipo de suelo en La Buitrera lo permite y lo facilita. Los primeros finqueros descubrieron la eficiencia de los “pozos de infiltración” (unos huecos casi 2 metros de diámetro y 5 a 7 metros de profundidad, según suelo y topografía). Tienen un costo hoy en día del orden de 2 millones de pesos. Por el tipo de suelo nuestro, se demoran entre 20 y 40 años en llenarse. No requieren mantenimiento. Así que hemos vivido años como “guatines felices”, sin contaminación, con la posibilidad de abastecernos del agua del río y bañarnos en los charcos de ríos y quebradas, hasta que el territorio empezó a poblarse en forma anárquica a finales del siglo pasado.
Nos llegó la “modernidad”
Aquí inicia la ENORME responsabilidad del municipio de Cali, que “heredó” de nuestro territorio. No ha cumplido con su función. Los P.O.T. del año 2000 y del año 2014 eran tan restrictivos que nadie los cumplió, más aún que el municipio de Cali no hizo seguimiento alguno; es una institución ausente del territorio. Por lo tanto, inició el descenso al caos. ¿Quién se atreve ahora a bañarse en las quebradas y ríos de La Buitrera? ¿Qué ha hecho el Municipio? Nada, aparte de implementar en el año 2006 dos sistemas de alcantarillado (Plan y Crucero), efectivamente necesarios debido a algunas invasiones, y dos PTARs mal concebidas, mal ubicadas, mal diseñadas, sin vía de acceso, de pésima eficiencia y fuentes de olores para el vecindario.
ACUABUITRERA las “recibió” para su operación e hizo el error, en su ingenuidad o desconocimiento del tema en esta época, de aceptar estos “regalos envenenados” que se volvieron la
estocada principal del asesinato de los ríos Lili y Meléndez y una piedra de discordia entre la comunidad y la empresa ACUABUITRERA que, por terquedad o negocio, defiende a capa y espada
esta inversión municipal y todas las inversiones municipales adicionales de los últimos 15 años para “optimización” de dichas PTARs:
• 3.000 millones de pesos entre 2010 y 2023 (para un resultado nulo o negativo).
• 5.800 millones de pesos para 2024 y 2025 (en proceso de ejecución).
• 16.000 millones sobre el período 2023-2032 (Plan de saneamiento presentado por Acuabuitrera a la CVC), a saber: unos 16 millones de pesos por vivienda.
¿Qué hacemos?
Ya quedó claro para la comunidad, después de 15 años de sufrimiento, que el negocio de la UAESP no es resolver los problemas sino mantenerlos y acrecentarlos para poder seguir gastando dinero del erario en nuevas obras. Esta institución del municipio de Cali ha probado de sobra su incapacidad para conceptualización y contratación de PTARs. Pero tiene monopolio legal para el manejo del recurso público en la materia. ¿Qué hacemos? ¿Qué dice el gobierno nacional y las “ías” sobre este desvío del presupuesto nacional (recursos de transferencia) hacia obras faraónicas y elefantes blancos, cuando el municipio no es capaz de hacer respetar las normas de ordenamiento territorial y de convivencia, ni de arreglar vías (andenes, huecos, desagües de agua de lluvia, etc.), ni de embellecer las zonas públicas? ¿Qué dice el Señor Alcalde de Cali sobre esta Unidad que él maneja directamente? ¿Es para este tipo de obras que pidió el préstamo de 3 billones de pesos (3 millones de millones) que el Concejo municipal acaba de aprobar? ¿Qué dice la CVC sobre la afectación al medio ambiente de las falencias del municipio en planeación, en ordenamiento territorial y en control de vertimientos?
El corregimiento de La Buitrera le paga anualmente al municipio el “6 por mil” sobre avalúos catastrales y a la CVC el “1,5 por mil”, a saber, respectivamente: unos 20 mil millones de pesos y unos 5 mil millones de pesos. ¿Qué recibe en cambio? Necesitaríamos poder contar con una ACUABUITRERA y una JAL que representen a la población y aterricen, regulen, velen, auditen
y rechacen las “locuras” municipales. No prestan estos servicios.
El municipio es el RESPONSABLE del caos, por acción u omisión. Debe de resolverlo. Sin embargo, por su organización, su politización y su naturaleza corrupta, el municipio de Cali es INCAPAZ de hacerlo. En un caso así, tan grave, de vida o muerte de nuestros ríos, la vecindad debe de reaccionar.
Soluciones técnicas:
En el año 2021, expertos en saneamiento ya entregaron su diagnóstico y las soluciones:
a) Un ordenamiento territorial real y serio que, para poder aplicarse, requiere de un consenso con los habitantes y de la participación de la comunidad en el control y seguimiento. Debería gestionarse a traves de un contrato entre el municipio y una entidad local (Acuabuitrera u otra) para la prestación del servicio de vigilancia.
b) Un saneamiento orientado hacia sistemas descentralizados (caseros), cada suscriptor (beneficiario del agua potable) siendo responsable de sus vertimientos.
c) Una extensión del alcantarillado de Pueblo Nuevo hacia el río Meléndez, pasando por “Alameda” y “Callejón Mayorga”, hasta el “puente de los soldados”.
d) Un by-pass de las “PTARs” existentes y una conexión de los dos alcantarillados a las redes de EMCALI que se encuentran a tan solo unos 850 metros. NOTA: La Riverita, que hace también parte del corregimiento La Buitrera, logró su conexión al alcantarillado a EMCALI hace unos 7 años.
Presupuesto: 3.000 millones. ¿Complicado? No. ¿Eficaz?: sí. ¿Porqué no se hace? Dejamos al lector meditar esta pregunta. ¿Falta de capacidad de gestión, falta de voluntad?
Conclusiones:
El Municipio es el responsable de la densificación del hábitat y del caos generado. Se debe de proveer la solución a la contaminación de los ríos Lili y Meléndez.
Y esta solución debe incluir el manejo descentralizado (por predios). Para el tratamiento de las aguas residuales de los tramos de alcantarillado existentes, no hay sino dos opciones:
a) Conexión a las redes de alcantarillado de EMCALI.
b) Bombeo (desde la PTAR del Plan y desde el Puente de los soldados) y construcción de una PTAR eficiente ubicada en el Club Campestre o en los ejidos concesionados a “Cementos del Valle” (Argos).
Se espera del municipio de Cali que valore sus corregimientos y sus ríos de montaña, fuera de los discursos de la COP16, y cumpla con su función social, para la cual es ampliamente pagado con los impuestos catastrales locales.
¿Será capaz? Si lo delega a la “UAESP”, la respuesta es negativa; esta entidad se desacreditó ella misma ante los buitrereños (pero aún no ante Acuabuitrera, y esto es lo más preocupante).