La Buitrera en su laberinto

Mi vinculación con La Buitrera tiene más de 45 años. Estaba en primer semestre de derecho cuando decidimos con mi compañero de bachillerato y de facultad, Guido Arrunátegui Ramirez, montar un pequeño negocio de retablos en la casa finca de su mamá Miriam, en el Plan de La Buitrera. Durante tres años mantuvimos el emprendimiento. Más tarde algún amor de verano vivió por estos lares y tocaba reventar guala para visitarla.
Lustros más tarde al fundar la Asociación 7 Ríos (2018) y diseñar con otros amigos El Camino de los Farallones de Cali (www.elcaminodelosfarallones. com) estuvimos reunidos con los directivos del eficiente acueducto veredal, Acuabuitrera. Nos sorprendió conocer de primera mano la patética dependencia de este acueducto privado de montaña de las autoridades ambientales bogotanas.
Vivo en Los Andes, en La Vereda El Faro a 1.780 metros sobre el nivel del mar y caminando por trochas amables hemos llegado de El Otoño a mi vereda en dos días. Hoy algunos de mis mejores amigos viven en este hermoso corregimiento. Por ellos recibí LA CASA DEL GUATIN de abril del 2022. Me lo leí de hocico a rabo. Es así como me entero de las tremendas amenazas que se ciernen sobre el territorio.
En un artículo de Philippe Conil encuentro el meollo del problema: Se está cocinando una reestructuración administrativa que pretende asimilar los corregimientos de Cali a localidades de tipo urbano-rurales sujetas al gobierno central de Cali.
En su preciso y claro escrito, Conil termina con ocho conclusiones. Las he leído y releído varias veces y esto es, lo que, como abogado con más de 40 años de ejercicio profesional, considero que cualquier intento de los habitantes del Corregimiento por encuadrarse en los términos de la Ley 1933 de 2018 y la ídem 1617 los llevaría a perder su autonomía. La comunidad quedará atrapada en normas, decretos y resoluciones en un laberinto entre delegaciones, desconcentraciones y descentralización.
Los guatines de La Buitrera no deben esperar nada bueno para su territorio de parte de la administración municipal. Cualquier solución real y verdadera a las necesidades de La Buitrera debe surgir desde la fuerza de la comunidad creando sus propios mecanismos para la regulación del uso del suelo y para la atención de sus servicios públicos básicos.
Los invito a considerar retener el pago del impuesto predial (como elemento de presión), hasta que la administración central acepte unos puntos básicos que respeten la autonomía. Sería una desobediencia civil que fundamentada en los artículos 311, 313, numeral 7 y 318 (JAL) de la Constitución Nacional podría salir adelante.
Esto solo se conseguirá con una Comunidad unida que, previos debates, respalde a sus líderes y se comprometa en el propósito legítimo y mayúsculo de lograr respeto y autonomía para el corregimiento.
Finalmente comparto plenamente el contenido del artículo recibido el 23 de mayo por las redes sociales escrito por Andrés Caicedo Holguín donde se afirma: “No puede existir integración en condiciones de desigualdad y ausencia de reconocimiento de la historia comunitaria y ecológica rural de Cali, historia aun por escribir”.
Los retos del cambio climático en todo el planeta están llevando al empoderamiento de las pequeñas comunidades para enfrentar la lucha por el agua. Nada bueno saldrá del CAM, ni de la CVC, ni de PNN para los Guatines de La Buitrera. ¡Son tiempos de autodeterminación y libertad!

Mario Jinete Manjarrés
Abogado y Productor de cine

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