La Buitrera ha vivido una situación de orden público relativamente tranquila estos últimos veinte años, comparando con la ciudad. Este período ha caducado desde hace dos
años. En parte por las invasiones al otro lado del río Meléndez, en parte por la mala organización de nuestra policía que no conoce el territorio, no tiene los medios para patrullar, llega tarde después de cada llamada WA de urgencia y/o no sube mas allá del kilómetro 8. Ya no hay lugar seguro, ni a 100 metros del puesto de policía.
Antes los ladrones llegaban por Alabama o Las Piedras. Hoy en día, en su mayoría, andan a moto y llegan de la carretera a la Fonda, “pescando” los distraídos. ¿Será que la inversión pública en la policía se justifica? Uno termina con dudas sobre su capacidad. Nuestro nuevo teniente de policía tiene trabajo a la vista.